Cine Documental contemporáneo enfrenta prejuicios por el reportaje

Disponible en:Medellín29 may. 2018

Agencia de Noticias UPB - Medellín. El documental contemporáneo y sus representaciones de la realidad fue el tema de discusión a cargo del crítico y académico de cine, Antonio Weinrichter, durante la Lección Inaugural de la Maestría en Cine Documental de la Universidad Pontificia Bolivariana.

Y es que más allá de las narrativas y las rupturas con los nuevos medios de producción, el documental sigue siendo de los géneros cinematográficos de los que más se teoriza.

A propósito del tema, Weinrichter estuvo en entrevista con la Agencia de Noticias de la UPB, aclarando algunas cuestiones del documental contemporáneo y el papel del espectador.

Está usted en una institución que ofrece uno de los pocos programas de posgrado en Latinoamérica enfocados plenamente en el género documental, pero vemos que en plataformas como Netflix, hay entre sus usuarios de todo el mundo un 24 % de consumo de producciones de este tipo ¿Cree que la tendencia puede indicar que se requieren más personas preparadas en cine documental? ¿Por qué?

Antonio Weinrichter: Es muy común el documental de reportaje como los que se muestran en canales especializados como Discovery Chanel y History Chanel. El reportaje televisivo yo digo que es casi como un pez carpa que es como decir acá la tilapia. La carpa es muy invasiva, muy barata de criar, sale a cuenta, pero digamos que es donde está el dinero entonces de forma perversa puedo decir que el reportaje no es lo más interesante del documental, pero es lo que mantiene la economía del documental. Yo doy cine en una universidad de España y en mi facultad hay gente de periodismo, gente de televisión, de video enfocados en lo técnico y de cine, que aún hay unos pocos, a lo mejor no es lo que más interesa y desde luego tiene una pelea con el modelo de qué es el cine con lo que se dice en Cannes.

 

 
Antonio Weinrichter, crítico y académico de cine

Fotografía de Domenico Calí. Tomada del portal pasadecine.blogspot.com

¿Qué está faltando para enganchar y generar expectativa entre quienes no prefieren ver documental?

A.W.: Todos nos criamos con una idea del documental distinta de lo que es, ese es uno de los temas que más repito yo en mis cursos. El documental es más interesante de lo que todo el mundo cree. Unos creen que es un sermón político o social, sin especial interés formal, que no es cine de verdad. Mis alumnos, por ejemplo, dicen “no es una película de verdad, es un documental”, el problema es ese prejuicio tan antiguo, ese prejuicio viene de cómo son los reportajes de televisión: una voz que habla y nos enseña cosas. Pero hay muchos más tipos de documental, está el subjetivo, el falso documental, el lírico en primera persona, materiales de archivo remontados, hay una cantidad de cosas que claro, la gente no lo conoce. Una excepción puede ser el famoso documental “Searching for Sugar Man”, de repente a la gente le encantó por qué, porque era una historia triste, bonita y era de música, por el tema la gente se enganchó.

El problema es que los comerciantes siempre piensan en el prejuicio de que el documental no lo quiere ver nadie", Weinrichter.

Usted es ampliamente reconocido por ser de los pocos que han teorizado sobre el metraje encontrado ¿A qué se debe que, en tanto tiempo de su uso y práctica, la crítica la desestimara?

A.W.: El metraje encontrado es algo con lo que se ha hecho documental toda la vida que es hacer películas con archivo, pero lo que yo encontré tiene dos patas, la otra proviene del cine experimental o de vanguardia, de apropiación, donde se pega cosas de distintos sitios obligados a estar juntos y ver qué pasa, es un acto de remontaje que cambia el sentido. No había libros sobre el tema, me intrigó mucho. La apropiación de material se ha hecho trivial porque ya todo el mundo lo hace. Yo empecé a estudiarlo y cuando terminé en 2008, Youtube, aunque ya estaba en funcionamiento, todavía no se concebía como lo que es hoy. Es un fenómeno que era muy oscuro pero que ya no lo es.

Las tecnologías de la información y la comunicación, con sus hijas que son las redes sociales, han sembrado la idea de que cualquiera puede contar una historia solo con un smarthphone ¿Estamos en afrenta al rigor de una producción que sea fiel al documental?

A.W.: El digital lo que ha traído es la democratización brutal de una práctica que ha sido como una jerarquía, tú en una producción tienes a un ayudante, luego sigue el asistente y así. Con lo digital, los medios de producción están a la mano de cualquiera. Lo que no tienes en la mano (celular) pero está ahí adentro es una máquina de hacer cine y puedes sonorizar tu película, acceder a materiales que no son tuyos, postproducir y la distribuyes subiéndola a Youtube, entonces claro, ya no hay jerarquías. Para hacer documental, por ejemplo, había un equipo más pequeño pero con un rollo más profesional. Lo que ha hecho el video digital es cerrar la brecha entre profesional y amateur, ya no hay fronteras. Un amateur ahora tiene la misma capacidad de hacer una imagen que una producción con un equipo de gente. Si yo solo uso el smarthphone para hacerme selfies, sacar bailando a mis amigos en la discoteca o a mis hijos caminando por la playa, solo lo uso para esas cosas, no pretendo ser artista, pero con esa misma herramienta, gente muy potente hace películas que se muestran en festivales. Es muy revolucionario ahora mismo. En mi juventud hace 24 años se podía conocer la historia del arte y saber lo más representativo del cine de partes del mundo, ahora es muy difícil porque todo el mundo está produciendo imágenes, es un poco caótico, no es malo, pero las categorías que has estado usando no sirven ya.

En muchos lugares es difícil encontrar la forma de hallar algún documental en cartelera o en venta en alguno de los formatos más comercializables ¿Es injusta la forma de circulación de las producciones de cine documental?

A.W.: El problema de la oferta y la demanda es que si no hay oferta no vas a tener nunca demanda si tú no empiezas por poner un cine o una maestría, al principio pones una maestría en documental y esperas que haya más gente cuando esté posicionada la marca. El problema es que los comerciantes siempre piensan en el prejuicio de que el documental no lo quiere ver nadie. Es una suma de prejuicios de los espectadores, de los comerciantes del cine y hasta que no se los demuestras que sí hay público y demanda, no van a cambiar. La gente no se arriesga. El mundo del arte sí, ellos lo ponen y no esperan público, esa pregunta se las devuelvo a ustedes porque el arte no es como el cine que es industria, y eso que ya no hay salas porque la gente ya no va.

 

 
Antonio durante la Lección Inaugural de la Maestría en Cine Documental

Antonio durante la Lección Inaugural de la Maestría en Cine Documental

¿Por qué un profesional apasionado por el mundo fílmico debería cursar la Maestría en Cine Documental de la UPB?

A.W.: Porque se sorprenderá de ver que el mundo fílmico, de lo que él pensaba, son muchas más cosas. El mundo documental es ignorado, solo se conoce por una suma de circunstancias: los comerciantes, el público y también los estudiosos. La teoría del cine se ha hecho sin el documental, los teóricos del cine clásico no consideraban el documental, pero ahora es claro que está expandiendo sus límites, ahora rebosa, hay más libros de cine documental que de cine de ficción. El documental es más barato y es más libre, no está esclavo de tener público ¿Qué libertad tiene una película de Hollywood que tiene que recaudar dinero?

Por Jorge Andrés Jaramillo - Agencia de Noticias UPB

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