La necesidad del plasma sanguíneo en el ejercicio médico

Disponible en:Medellín30 sep. 2020

Agenda de Noticias UPB - Medellín. A raíz de la pandemia del Sars-cov 2 o COVID-19, mucho se ha hablado en torno a varios términos y herramientas usadas en el contexto médico. Una de ellas es el plasma sanguíneo, que lejos de ser nuevo o extraño es un elemento esencial del medio hospitalario en todo el mundo.

Luego de siglos de transfusiones experimentales, apenas a principios del siglo XX se entendió que hay distintos tipos de sangre entre humanos, y que esta puede matar a quien la reciba si esta no es compatible. Apenas a mediados de los años 30 empezó a usarse este conocimiento para transfusiones y se descubrió que la sangre puede ser separada en dos partes. 

Así lo describe la doctora Lina María Martínez Sánchez, hematóloga de la Pontificia Universidad Javeriana y magíster en educación del TEC de Monterrey, docente de Medicina en la Universidad Pontificia Bolivariana. “La sangre tiene elementos formes y elementos no formes. Los elementos formes son las células sanguíneas, (glóbulos rojos, glóbulos blancos y trombocitos o plaquetas). El otro componente, que le da consistencia líquida a la sangre, sería el plasma”.

 
Plasma

¿Qué es?

De acuerdo con la doctora Martínez, “el mayor porcentaje de su composición es agua, el otro porcentaje son una serie de electrolitos, estructuras proteicas, (dentro de la cual se encuentra la albúmina, que es una proteína responsable de transportar una cantidad de compuestos entre ellos los medicamentos) y el otro componente importante son los anticuerpos o también llamadas inmunoglobulinas”.

Según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, los electrolitos son minerales con carga eléctrica. Estos son esenciales para el transporte de nutrientes, el equilibrio del ácido base y eliminar desechos de las células. Todo lo anterior permite un correcto funcionamiento del sistema nervioso y muscular del cuerpo. Los niveles de electrolitos se alteran cuando no hay una correcta hidratación.

Cuando las personas donan, normalmente toda la sangre va a disponerse en una bolsa, ¿qué se hace en el laboratorio con la muestra? se mete en una centrífuga, esta lo que hace es precipitar todos los elementos formes, es decir las células, y lo que queda en la parte superior es el plasma. El plasma es de color amarillo, es traslúcido, se presiona la bolsa para retirarlo y este queda dispuesto en una bolsa adicional”, afirmó la doctora Martínez.

Según Martínez, el paciente puede necesitar solo células (es decir, glóbulos rojos), en cuyo caso se le transfunde sangre total o células concentradas. Pero si necesita recuperar su volemia (término que hace referencia al volumen de la sangre en una persona) o sufre de hemofilia (trastorno hemorrágico en el que la sangre del paciente no coagula de forma adecuada), sí es pertinente y más adecuado la transfusión de plasma sanguíneo.  

Plasma y COVID-19

“En algunos pacientes que ya tienen el diagnóstico de COVID-19 positivo y están convalecientes, hay presencia de anticuerpos que empezaron a producir las células en contra de ese virus. Lo que se hace es sacar la sangre de estos pacientes, se centrifuga y se separa el plasma en el que hay presencia de estos anticuerpos, luego se le pone al paciente que tiene COVID-19 como posibilidad de tratamiento terapéutico”, aseguró la doctora Lina María. 

El plasma también se usa en tratamientos estéticos. Quienes practican este tipo de terapias tienen en sus consultorios centrífugas para retirar el plasma del mismo paciente. Se aplica para las arrugas e imperfecciones de la piel.  La razón de esto es que el plasma es rico en proteínas, las cuales se usan en cremas nutritivas para este tipo de imperfecciones. 

Para la doctora Martínez el tratamiento de COVID-19 no es estándar. A pesar de que fue aprobado por el Ministerio de Salud, afirma que “todo en medicina debe estar basado en la evidencia científica comprobable. El plasma utilizado para el tratamiento de COVID se aprobó porque no hay un tratamiento certero, no tenemos vacuna y todo el mundo empieza a ensayar a ver cuál es la forma terapéutica más  útil para atacar la patología”. 

¿A qué le apunta la ciencia en tema de transfusiones?

Actualmente el plasma sanguíneo puede reemplazarse por suero intravenoso, usado en urgencias a la hora de ponerle líquidos al paciente. De hecho es más barato en términos económicos hacer parte de la reposición de líquidos con suero y no con plasma sanguíneo. Cada unidad de sangre que se recoge en las jornadas de donación debe ser examinada con múltiples pruebas para verificar que no traiga infecciones como VIH, hepatitis o sífilis, lo que sumado a la necesidad de preservación en bajas temperaturas encarece cada unidad y su uso por parte de los pacientes. 

La doctora Martínez asegura que “cada vez hay menos riesgos al momento de hacer uso de compuestos de origen biológico. El paciente con hemofilia tiene hoy la posibilidad de ser manejado y tratado por factor de coagulación con una proteína que se manipula a nivel de laboratorio por técnicas de biología molecular. Esto le da más seguridad a los pacientes, porque no estoy metiendo algo de origen de otro individuo en ellos, sino que lo estoy haciendo a partir de algo que fabriqué yo en el laboratorio”. 

Hay evidencia científica a favor de algunos productos sintéticos producidos en el laboratorio. Se ha logrado producir sangre de manera sintética. Eso busca subsanar un poco la problemática de los bancos de sangre”, concluyó la doctora Lina María. 

Por Pablo Andrés Restrepo López. Agencia de Noticias UPB.

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