El arte de ajustar la vida para controlar el tiempo
Agencia de Noticias UPB - Medellín. La vida se ha convertido en un contrarreloj sin descanso, los múltiples quehaceres y ocupaciones hacen que el diario vivir sea de prisa y sin pausa. Luis Fernando Fernández, docente de Filosofía en la Escuela de Teología, Filosofía y Humanidades de la Universidad Pontificia Bolivariana, explicó la puntualidad e impuntualidad en una sociedad que vive en medio del afán.
¿Qué significa tener una vida ajustada?
Por ello, es importante incorporar actividades extracurriculares, pues estas generan una rutina diaria que se debe cumplir, también, poner límites a las ocupaciones, ya que, al absorberse de trabajo no habrá un equilibrio entre la vida activa y la vida contemplativa, el individuo no distinguirá cuáles son sus momentos de descanso, sumiéndose en un cansancio constante y prolongado que conlleva a la impuntualidad.
La impuntualidad está relacionada con un desorden que no es físico ni material, se trata de la falta de orden en la vida misma, al desorientarse por el camino de la vida hay una pérdida en el ser que equivale a la pérdida del tiempo, del orden y del ritmo, se produce una ausencia de sentido ante aquellos compromisos por cumplir, que desemboca en la ruptura de la rutina y consigo la impuntualidad.
Replantear la rutina, identificar el desorden y ajustar la vida, para desprender aquellos comportamientos que conllevan a la impuntualidad y así llevar una vida con calma y sin prisas, pues al final una vida caótica y sin orden, solo deja un desgaste físico y emocional.
Analizar la puntualidad e impuntualidad desde una perspectiva proporcionada por la filosofía, permitió comprender y profundizar en el trasfondo del porqué una persona es o no puntual, siendo diversos los factores tanto internos como externos que interfieren en este comportamiento.
Por: Daniela Jaramillo Zurita - Agencia de Noticias UPB
